Sí amigos, escucharon bien, los trolls sí existen, están entre nosotros…

Bueno, para explicarles de qué trolls hablo voy a comenzar con lo siguiente:
¡Tengo a mi primer hater! ¿qué emoción? Ahora, ¿debo responder a sus agresiones? ¿qué respondo? ¿cómo actúo? ¿me debo enganchar?
Hablamos de los famosos trolls de las Redes Sociales, personas que se dedican a tirar odio a cuantas cuentas encuentren en la red con el único fin de perjudicar imagen, compras o lastimar a los demás, provocar de manera intencionada, polémica y crear conflictos con la finalidad de divertirse, ya sea generando debates provocativos, insultando u ofendiendo.
Para contarles cuál es la mejor manera para actuar, les debo contar brevemente mi experiencia:
Hace poco y después de 20 días de tratar de resolver un problema de manera privada por teléfono, correo y mensajes, denuncié un mal servicio recibido por una escuela de idiomas en mis redes sociales.Inmediatamente me contactó el Director de la escuela y en ese instante devolvió mi dinero, el señor muy amable y todo resuelto sin pelear, por las buenas y como dos adultos tranquilos.
Pero al día siguiente de haber hecho el reclamo público me llegó un mensaje obsceno a mi cuenta personal de Facebook-Messenger, en cuanto vi el primer insulto decidí borrarlo, ni lo abrí, ni me agobié, ni me enojé y mucho menos pensaba gastar tiempo en algo así.
Pero… al no ver reacción de mi parte, esta persona se dio a la tarea de buscar la página de Facebook de la Tienda – Rosa Palanqueta y comenzó a tratar de desprestigiarla poniendo comentarios negativos que, en realidad, no hablaban ni de los productos, ni de los servicios, ni de la atención, simplemente me atacaba diciendo cosas como «que no lo representaba» – ya sé, me sentí bien postulada yo a un cargo gubernamental para, ahora sí, representarlo…jeje-, «que no representaba a México» y demás… bastante raro.
Comentarios que carecían de sentido y sin aportar absolutamente nada.
¿Qué hizo Ana Pau?
Bueno… acabo de comenzar la tienda y he tenido pura belleza de experiencia, clientes hermosos, buena vibra, así que me preocupé de que eso, tan simple, fuera a afectar y pedí a las personas que me habían tratado, habían comprado, etc. que, por favor, me ayudaran con un comentario honesto… hasta ahí súper.
Pero también pedí que me ayudaran a reportar esa barbaridad… ERROR.
¿Por qué fue un error?
Como lo platicamos al inicio de la entrada, estas personas molestan por mera diversión, tratando de provocar y al ver que generan una reacción en nosotros, no paran.
Este fue el caso, se enojó mucho de que su comentario fue eliminado y comenzó a atacar cada uno de los comentarios en la página, bla bla bla. Una segunda cuenta -seguro creada por la misma persona- siguió esta tarea en cuanto pude bloquear a mi primer troll.
¿Cómo se resolvió?
Primero que nada, no hay que tomárselo personal, trolls siempre van a haber y ganan solo cuando a ti te afecta. Me puse en el papel de la tienda y muy políticamente correcta contesté: «Hola Fulanito, no te tenemos registrado en la base dedatos de nuestros clientes, ¿puedes platicarnos cuál es el problema?»
Evidentemente la falta de provocación lo siguió molestando, pero la tienda sguió contestando -hasta donde se puede- de manera muy educada y profesinal.
Al final, los trolls se aburrieron y dejaron la página en paz.
¿Qué aprendimos?
Lo primero y principal es ignorar a los trolls.
A nivel psicológico los trolls buscan reconocimiento. No haciéndoles caso en algunos casos conseguirás que se cansen, aunque esto no es así en todos los supuestos.
Hay que responder con sentido común: no respondas lo primero que se te venga a la cabeza. Ten en cuenta que por una mala respuesta podrías estropear tu reputación.
¿Les ha pasado? ¡Cuéntenme su experiencia!