Te burlas de los cuarentones que siguen viviendo en casa de sus madres – o padres-, sin embargo, ya pisas los 30 y, puede ser, que sigas viviendo en casa de tus papás.
Expertos señalan que «el dejar el nido» ya no es una prioridad de la generación millenial asegurando que en lugar de invertir en un patrimonio, ésta generación está más interesada en gastar en experiencias, como viajes, por ejemplo.
Por supuesto, habrá a quién le aplique la norma y tal vez, la mayoría de jóvenes entren en la «categoría«; pero no todos somos iguales y algunos queremos independizarnos además de viajar y generar experiencias, queremos el paquete completo.
Compararnos con nuestros padres que pudieron independizarse a edades tempranas, tampoco ayuda. Debemos tomar en cuenta que cada época ha sido diferente, y aunque también les costó un esfuerzo admirable el emprender en sus vidas, antes la vivienda era más barata y los empleos mejor pagados.
Encontrar un empleo estable al salir de la carrera no es cosa sencilla, mucho menos encontrar uno que te pague la cantidad suficiente para poder independizarte, además, con el paso de los años, la vivienda va aumentando costos y cada vez es mucho más difícil adquirir algo propio.
Por eso, si ya estás pensando en independizarte, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) nos recomienda cuatro puntos clave para que no tengamos una mala experiencia por falta de planeación:
1.Antes de partir
SIN PRISAS, no se trata de que te salgas hoy mismo, debes planearlo bien para que no tengas una mala experiencia, al momento de salir de casa, todo lo tendrás que solucionar tú, así que ponte un plazo de ahorro, lo ideal son tres años -aunque suene mucho, es mejor tener un «guardadito»-. Ahora te tocará asumir al 100 % todos tus gastos.
¡Aprovecha para que te sigan consintiendo!
2. Haz un balance
El presupuesto es la base de unas finanzas sanas y cuando vivas solo descubrirás por qué es importante anotar todos tus ingresos y gastos, incluyendo el pago de deudas, en caso de tenerlas, no olvides las salidas con los amigos.
No quiere decir que dejes de divertirte o de darte algún gusto, se trata de disminuir un poco este tipo de gastos, por ejemplo, en lugar de irte cada fin de semana de “antro”, vete una vez al mes.
3.Cuidado con el gasto hormiga
Si eres de los que a diario se compra el café, el tamal, el agua o el sándwich ¡haz cuentas! sumados todos estos diminutos gastos, se convierten en una gran cantidad de dinero. Haz tu plan de gastos, por ejemplo, puedes prepararte el desayuno un día antes y llevarlo a tu trabajo en lugar de desayunar diariamente en la cafetería.
4.¡A ahorrar!
Una vez que adoptes el hábito del ahorro, es tiempo de hacer crecer tu dinero. Hay opciones como los fondos o sociedades de inversión, los cetes, las aportaciones voluntarias a tu Afore, que dan rendimientos atractivos. Invertir te ayudará a alcanzar más rápido tu meta, que si sólo ahorras.
Hay algunas personas que optan por rentar junto con roomies para economizar gastos de vivienda tales como luz, agua, teléfono, internet, súper o mantenimiento. No está mal y depende de cada quién, a algunos les funciona para ahorrar un poco más en lo que pueden conseguir una propiedad. Sin embargo, toma en cuenta que al rentar estás pagando la propiedad de alguien más, en lugar de guardarlo en tu cochinito para cuando puedas conseguir tu depa / casa.
¡A volar!
Por Ana Pau Bermúdez
2 comentarios en “¿Cuándo es momento para volar del nido?”