No sabía que me habían violado, me tomó bastante tiempo identificar que lo que yo viví aquella noche con mi «Príncipe Azul» no era una noche de copas y suerte, si no, una agresión sexual.
Todo era perfecto, ese chico de aspecto «Backstreet Boy» clonado estaba saliendo conmigo, era nuestra primera cita y habíamos decidido ir de fiesta a un famoso antro de la Ciudad de México. Realmente me gustaba mucho y me esforzaba demasiado para que él no se fuera aburrir de mí -ya sé, parecería que tuviese una baja autoestima, pero no. Creo que todos hemos pasado por alguien así, esa persona a la que quieres agradarle de cualquier forma. Luego maduramos, y nos damos cuenta de que somos perfectos tal y como somos y así nos deben de querer– éramos jóvenes y seguíamos en la Universidad, no teníamos una solvencia económica estable, por lo que decidimos ir a «echar drinks» al depa de mi amiga y así ahorrar unos pesos antes de salir al antro.
Nunca lo comenté con absolutamente nadie, ni siquiera con la amiga que estaba conmigo ese día, le mentí tratando de engañarme a mi misma, inventé una historia increíble en mi cabeza y justifiqué las manchas de sangre en su edredón porque..¿Qué chica de 21 años podía seguir siendo virgen, no?. Me sentía apenada y culpable ya que yo lo había invitado a él y a su amigo a seguir la fiesta en el departamento de mi amiga, yo había decidido ingerir alcohol sabiendo que mi aguante era poco, fue a mi a quien le dio vergüenza gritar por miedo a perderlo y que yo no le gustara más.
Recuerdo perfecto el día siguiente, me costaba moverme, sentía un terrible dolor en el abdomen y mis piernas estaban moradas, mucho más en la zona de la ingle… nada de esa noche había sido romántico, recuerdo un empujón, arrancones de ropa y a una ingenua joven pidiendo AMABLEMENTE que se detuviera. Así es, amablemente, siendo una adulta de 21 años, muchas pláticas de sexualidad y no pude prepararme para ese momento. No entendía qué pasaba… después de apróximadamente la hora más extensa que he vivido, él se detuvo. Pude notar en su mirada la sorpresa al poder ver con los primeros rayos de luz de la mañana las grandes manchas de sangre a su alrededor.
Intenté verme «cool» y nada asustada (creí que así debía ser una «primera vez») y le informé que era virgen -tal vez por eso había sufrido tanto y había sangrado de esa manera, me dije a mi misma tratando de convencerme- él me vio y me dijo que podía abrazarme un minuto si quería antes de irse pero que escondiera todo lo que se había manchado de sangre. Intenté disimular el dolor al caminar y coloqué cobijas, sábanas y mi ropa en el cesto de la ropa sucia oculto bajo ropa que ya estaba ahí. Me puse ropa limpia y tuve que colocar una toalla higiénica en mi pantaleta ya que el sangrado no se había detenido por completo. Estaba deshecha.
Supongo que mi cerebro se bloqueó para que en ese momento no entendiera la magnitud de lo que acababa de pasarme. Estaba anestesiada.
Y sí, yo también me he repetido muchas veces lo pendeja que fui.
No entendía que me habían violado porque la situación no se parecía en nada a lo que vemos en las noticias. No había sido arrastrada a un callejón por algún rufián con cuchillo en cuello, había sido el chico con el que estaba saliendo, en un lugar que pensaba seguro.
Por supuesto él se levantó con prisa, salió de la habitación y sólo escuché cómo apurado le decía a su amigo que se fueran. Mi amiga entró al cuarto y al verme -supongo tenía muy mal aspecto- me preguntó que si me encontraba bien, le mentí diciéndole que había tenido relaciones y debía lavar sus cosas. No me creyó al ver la sangre, por supuesto, pero me mantuve firme y ella no insistió más.
Días después, el sujeto me marcó para saber qué NOCHE estaba disponible. Nunca se preocupó por cómo estaba, nunca mencionó el incidente, él seguía actuando «normal». No volví a salir con él.
Lamentablemente no puedo decir que no volví a verlo, teníamos «amigos» en común. Sé que él manejó una información «Macho alfa» ya que una de las últimas veces que salí con ese grupo, hubo un comentario de burla hacia mi persona por lo «fácil que era meterme a una cama». Nuevamente sentí vergüenza de lo que había pasado y sentía que tal vez ellos tenían razón. No me defendí.
Así que me alejé de ellos y ellos de mi. La mejor decisión que pude tomar.
Nunca denuncié, no había entendido que lo que había pasado no era normal y que estaba mal. -Por fin entiendo cómo funciona el cerebro de una mujer en violencia doméstica-
Hoy han pasado varios años desde el incidente, llegué a verlo una vez y ambos nos ignoramos, con el paso de los años él me buscó, me dijo «que era el amor de su vida y que por favor intentáramos salir, que le diera una oportunidad» JA JA JA ¿QUÉ? Salimos una vez y… BREAKING NEWS: ¡Me violó! -Esto me reitera que efectivamente él no tiene la mínima idea de que lo que hizo estuvo mal-.
Es una realidad que en el entorno en el que nos desarrollamos, creemos que es culpa de la mujer el ser violentada de esta manera: su forma de vestir, su forma de hablar -seguro estás seduciendo-, o su aliento alcohólico. Basta.
Para cuando pude identificar que lo que había vivido no había sido un acto en el que estuve de acuerdo, y era una agresión sexual, él ya había desaparecido de mi vida y habían pasado muchos años. Por lo que sentí que era innecesario abrir el tema. Decidí perdonarlo desde lo más profundo de mí e ignorarlo.
Al día de hoy siento una presión terrible en el pecho que me dificulta pensar en el tema, es la primera vez que escribo -y hablo- sobre el asunto porque es importante hacer consciencia con jóvenes, mujeres y hombres, acerca de esta situación.
- No, es NO.
- La violencia nunca es normal, así sea tu primera, segunda o tercera vez, si te sientes agredido, NO ESTÁ BIEN.
- «Estábamos borrachos» no es un pretexto, este tema es punto de debate, ¿Qué tanto delito es bajo influencia de alcohol o drogas? Yo, por ejemplo, estaba consciente de lo que pasaba, y totalmente segura de que quería que se detuviera, insistí, traté, pero el alcohol tenía mi cuerpo debilitado, no pude defenderme. ¿Justifica sus acciones el que él haya bebido?… Hay personas que piensan que sí. Yo sé que no. ¿Qué piensas tú?
- No te sientas culpable si eres violentado. Habla.
Anónimo