Así es… a la gente, le encanta verte jodido…

No hay mejor ejemplo que todo el morbo que circula en nuestras vidas y cómo nos muestra la gran cantidad de interacción que éste recibe por parte de los seres humanos.

Se han preguntado ¿Cómo es posible que las publicaciones en redes sociales con contenido triste, de enojo, de emergencia o de algún evento fuerte, pueda tener mayor respuesta que aquéllos en los que se muestra una vida tranquila o feliz?

A la mayoría de la gente le molesta que salgas adelante, es una -triste- realidad.

(ACLARO, NO A TODOS PERO LA GRAN MAYORÍA DE LAS PERSONAS SON ASÍ; NO ENTIENDO Y NECESITO QUE UN PSICÓLOGO/PSICOANALISTA ME DÉ UN LIBRO AL RESPECTO, por favor)

Yo soy una de esas personas que tuvo la terrible experiencia de vivir un «evento fuerte» cuando mi hermano tuvo un accidente. Amigos míos, amigos de él, amigos de la familia, conocidos y gente que yo no conocía, comenzaron a mandarme mensajes -y no quiero que se confunda, en cierto modo agradezco que se haya querido dar ese «apoyo en texto»– para saber cómo estaba, si necesitábamos algo y muchos otros, simplemente querían saber -por morbo- cómo había sido el evento, si seguía vivo y si había sido todo un «espectáculo».

Las personas quisieron ayudar con palabras de apoyo, estoy segura que algunas de sus palabras fueron de corazón, pero muchas otras, en eso se quedaron, sólo «palabras», esa necesidad de querer brindar apoyo y luego, olvidarse de la situación: «Ya mandé un mensajito para que sepan que estamos aquí», muchos «buenos deseos» pero al final, seamos sinceros, a pocos les importas realmente. Y está bien. La vida no se detiene.

«Esto simplemente quedará como un mal sueño, espero que pronto puedan salir a festejar la vida, sonreír, todo regresará a la normalidad» «Salgan a distraerse, hagan algo diferente» se leían -en diferentes colores- muchos de los mensajes de apoyo que me mandaban.

Entonces, ¿Por qué la gente reacciona ofendida en el momento en que les muestras que has superado el problema, que vas saliendo adelante y que está pasando la tormenta?

Porque aunque suene fuerte, triste y dramático, es verdad que la gente se acostumbra a verte mal, te apoya mientras estás abajo, y cuando logras superar el obstáculo, no sabe cómo reaccionar. Es un impulso.

Un ejemplo, mi historia en corto:

1. Mi hermano tiene un accidente. 2. Recibo mensajes de apoyo, deseos de que todo mejore.  3. Mi hermano sale de terapia intensiva. 4. Entra en rehabilitación. 6. Queda invidente. 7. Se necesita pagar pendientes como deducible, parte de terapias o tecnología para su nueva vida. 8. Vamos saliendo adelante poco a poco.

En el momento en que pasa la tormenta, sale del hospital y las aguas se calman, mi madre y yo decidimos festejar su cumpleaños en un famoso parque temático.

¿Qué pasa? La gente cree que tiene el derecho a juzgar:

• «¿Cómo es posible que se diviertan estando él así?»
• «Considero que no es prudente que estén publicando viajes cuando se necesita dinero para él.»
• «Por eso la gente no coopera.»
• «¿No se supone que estaba muy grave, por qué se divierten?»

Tengo un mensaje para quienes creen poder opinar:

1. No me importa lo que la gente opine de mi /nosotros.
2. El día en que estén 3 meses encerrados en un hospital sin poder salir, en otro país y sin conocer a nadie. Por favor levanten la mano y señalen.
3. Tengo todo el derecho de salir y divertirme, mi familia también.
4. Tú dinero no paga nuestra diversión.
5. Voy a seguir subiendo las cosas que me hagan feliz y seguiré saliendo adelante.
6. Si te molesta, te pido de la manera más atenta que el tiempo que gastas en criticar, lo inviertas en apretar un botón y eliminarme de tus contactos.

Querido lector, este incidente también me ha enseñado a que la vida es corta y se tiene que disfrutar, rodéate de gente que te haga mejorar, que te rete a ser mejor, que te haga grande, rodéate de personas con un corazón noble y de aquéllas que sin importar la circunstancia, estarán para ti, así como tú para ellas.

Este es mi consejo, el «qué dirán» jamás ha hecho feliz, rico o mejor persona a alguien, que la opinión de los demás sobre ti se te resbale mientras tú estés bien contigo mismo. 

MORALEJA: «Sólo el que carga el morral, sabe lo que trae adentro»

 

Por Ana Pau Bermúdez