Claro que la Navidad se trata de dar y de compartir. A mi me fascina y lo primero que pienso cuando se acerca la fecha es en cena deliciosa, fiestas con amigos y muchos regalos.
Es mi fecha favorita, y no sólo por el momento de fiesta, ésta celebración es el mejor cumpleaños que se pueda festejar, y aunque haya sido una fecha elegida al azar -al no saber el día exacto en que nació Jesús- es un día para recordar que sí, efectivamente y para los que creemos, nació una persona que marcó millones de vidas que, aunque suene demasiado religioso, buscamos ser mejores cada día.
Ahora, no pienso hablar de religión, ni cambiar el pensamiento de cada uno, sino que, en su debida manera, hacer un pequeño recordatorio de lo importante que es ésta fecha para todos nosotros: judíos, cristianos, católicos, elfos o hadas. Somos personas, sin importar la religión que profesemos y debemos aprender a convivir unos con otros por el simple hecho de sentir. Humanizarnos.
Ésta es una fecha que nos recuerda lo importante que son nuestras familias, ya sean de sangre o no, nuestros amigos, nuestros seres queridos. No hay manera en que no pensemos en la gente que nos importa en un día como Navidad. Y es por esto mismo que festejamos, el reunirnos, el querernos, un recordatorio de amor. Sí, de amor.
Y por lo mismo, de dar gracias. Gracias por las personas que nos han traído al mundo, llevemos o no una relación cercana con nuestros padres, el regalo más grande que alguien pueda hacerte, es darte vida y gracias a ellos, estamos aquí. Gracias a sus padres por haber hecho lo mismo, de igual manera no existiríamos sin la larga lista de ancestros en nuestra familia. Entonces: gracias.
Gracias por los logros en nuestra vida, por más pequeños que hayan sido, ninguno es insignificante, al contrario, todos y cada uno de los momentos que hemos pasado, nos definen como persona.
También por las amistades que se han quedado, que han compartido con nosotros, que se han reído, que han llorado o que nos han visto en nuestro peor momento y han decidido quedarse.
Por nuestras actividades, en escuela, trabajo, o en donde sea que se desempeñe nuestra vida, afortunadamente no somos rocas y por eso. Gracias.
Gracias por todos aquellos que creyeron, creen y creerán en nosotros. Y sobre todo, gracias a nosotros mismos por ser quienes al final del día, nos levantamos y vivimos.
GRACIAS por leernos.
Por Ana Pau Bermúdez
Original: ¡Feliz Navidad!